martes, 27 de marzo de 2007

COMPARANDO

Qué tal, Locos del Baloncesto Colegial!

Me han llamado mucho la atención dos noticias que he leído a lo largo del día en internet, sobre las que me gustaría reflexionar unos minutos, y compararlas.

La primera, a parte de salir en una web, ha sido publicada en la portada de un periódico deportivo, y decía más o menos lo siguiente: "Con once años ya valía una pasta". Hacía referencia a un chaval, que jugaba al fútbol, y que a esa edad fue ¡vendido! de un club a otro por 25.000 €. Hoy ese chico tiene veinte años, aprox., y es profesional... pero en realidad lo fue ya desde que comerciaron con él a cambio de dinero.

La segunda, y siento arrimar el ascua...pero es de justicia hacerlo, ha sido una emocionante noticia que ha salido publicada en la página de nuestro torneo http://www.copacolegialabc.com/noticias/noticia.php?id=21, sobre la MVP de la competición femenina en esta primera edición. Adriana Blanco, de Liceo Francés, ha tenido un rendimiento durante la Copa Colegial, que realmente nos ha convencido a todos. Una jugadora de equipo con todas las letras y todo el valor que representa esa palabra: jugadora capaz de afrontar lo que se necesite de ella, cada circunstancia del juego que plantee un reto individual o colectivo para el escudo que defiende dentro del campo de baloncesto.

La primera noticia, la habrán leído millones de personas en todo el mundo. La noticia de Adriana apenas la habremos leído unos cuantos locos del baloncesto colegial.

El protagonista de la primera noticia actualmente debe de tener varias mansiones en distintos países del mundo, y seguramente tendrá una colección de coches de lujo que ya veréis como son objeto de próximas y apasionantes noticias estos próximos días. Adriana, actualmente, estará recibiendo una paga semanal de sus padres, que suponemos incluirá un abono transporte hasta que pueda sacarse el carnet y le dejen el coche cuando sus hermanos mayores no lo necesiten.

El protagonista de la primera noticia, cada mañana irá a entrenar a la ciudad deportiva de su club, acudirá de vez en cuando a eventos organizados por sus firmas comerciales, y tendrá que comer en zonas reservadas de restaurantes donde no le reconozcan demasiado. Adriana, sabemos que acude cada mañana a su colegio, Liceo Francés, y suponemos que se gastará algo de la paga que le den sus padres en Zara, Mango, etc, antes de irse con las amigas y con el novio (y si no tiene, tal vez después de esta noticia...) al cine o al Green de Juan Bravo los viernes por la tarde-noche, cuando no ha tenido que jugar con las Bleus la Copa Colegial.

El protagonista de la primera noticia, seguramente es un ídolo para millones de chavales de todo el mundo que querrán ser como él y empezar a ganar dinero con 11 años. Adriana, entendemos que será muy querida por los niños y niñas de su colegio, unos doscientos o trescientos, que juegan al baloncesto y que algún día querrán ser los mejores de la Copa Colegial ABC.

El protagonista de la primera noticia es un futbolista profesional desde los once años, y por tanto, un niño cuyos padres aceptaron que se hiciera una transacción comercial con él, y lo cambiaron de club. Adriana es una jugadora de baloncesto colegial, una adolescente madrileña cuyos padres estarán deseando que apruebe el bachillerato para que vaya a la Universidad, y que además siga completando su formación como persona jugando al baloncesto de maravilla.

¿Habéis oído alguna vez aquello de: ¡niño, no compares, que las comparaciones son odiosas!?

Hoy me dio por comparar. Y tengo la sensación de que noticias como la de Adriana son más lógicas y coherentes con los valores del deporte... pero no me hagáis mucho, sólo son suposiciones.

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